La función del maestro, de las enseñanzas de sidi Ali al-Yamal

p. 256

El maestro es la puerta de entrada a Dios para el aspirante (murid), y es al mismo tiempo el velo, pues la puerta actúa como velo.

Lo único es que todos los seres celestiales y terrenales, los moradores del Trono, del Cálamo y el Escabel son todos puertas para el maestro. Puede entrar por cualquiera de ellas a la presencia de Dios. Al contrario que el aspirante, que sólo tiene una puerta para entrar, y esta es la puerta del maestro.

Si entra por ella, lo consigue, y si no lo hace, es rechazado. Esto es así porque el maestro es el que le abre el sellos del cofre de su propia alma -y su alma equivale al mundo entero-. Su alma se encuentra íntimamente relacionada con la existencia (wuÿûd): cuando domina su alma, domina con ello la existencia; cuando domina la existencia, domina con ella su alma.

No cabe duda de que a quien se le revela la entrada hacia la presencia divina por la puerta del alma, se le revela la entrada por todas las puertas de la existencia, y puede entrar por la puerta que quiera. Por eso las puertas del paraíso celestial son ocho, mientras que las del paraíso de la contemplación y la visión directa no tienen límites, ni fin.

«Hacia donde quiera que os dirijáis, allí está el Rostro de Dios» (2:115)

La educación espiritual, de las enseñanzas de sidi Ali al-Yamal

p. 312

El santo perfecto, cuando encuentra a ser humano empeñado en el mal, lo acompaña a lo largo de esa situación, sin censurarle lo más mínimo por ello . Lo va embaucando robandole poco a poco desde la tierra del mal hacia la tierra del bien, hasta que no queda una pizca de mal, sin que se de cuenta de cómo ha sido.

Si de entrada le hubiese ordenado el bien y que dejase todo lo malo, no hubiese sido capaz. Sólo unos pocos de lo que buscan a Dios pueden, aquellos que gozan de una sinceridad inmensa.

Pero esto solo lo hacen, de entre los santos, los perfectos.

Conocimiento y acción, de las enseñanzas de Sidi Ali al-Yamal

P. 302

Quien no destaca en su arte, no se cuenta entre la gente de ese arte, a pesar de todo el conocimiento que haya alcanzado, puesto que el conocimiento es tener noticias de algo, y no es lo mismo saber de oidas de algo que haberlo visto.

El conocimiento, sin obras, es como unos cimientos enterrados en la profundidad de la tierra, sin que haya nada construido sobre ella. «Qué Dios nos proteja de un conocimiento estéril», porque el conocimiento es como el alma, y las obras como el cuerpo. Sin el cuerpo, el espíritu no se da a conocer, y sin espíritu, no se da a conocer el cuerpo.

La extinción de los actos, de las enseñanzas de Sidi Ali al-Yamal

P. 224

Hay quienes son velados por la desobediencia de quien decreta la desobediencia, y otros que son velados por la obediencia de quien decreta la obediencia. Y, en cambio, hay otros que encuentran la obediencia verdadera al contentarse con lo que proviene de la presencia divina, de forma que no son velados de su Amado por ningún tipo de obediencia u oscura desobediencia. 

Todo lo contrario, devienen en todo momento siervos sinceros de Dios sin falta. El imám de esta vía, que Dios esté satisfecho de él, ha dicho: Haz de nosotros tus siervos en toda circunstancia, y otorgamos de Tu parte una ciencia por medio de la cual nos auxilien los perfectos, en esta vida y en la Otra.

El retiro, de las enseñanzas de Sidi Ali al-Yamal

Mi maestro me dijo una vez: Oh hijo mío, el faquir y aspirante que se aísla de las criaturas, trabaja con su corazón como el que hace un grabado sobre una piedra, y el aspirante que se mezcla con las criaturas nunca será capaz de purificar su interior, como el que intenta gravar algo sobre el agua, que nunca consigue su objetivo.

También me dijo: Oh hijo mío, se siervo del siervo, así conseguirás lo mejor del Señor y lo mejor del siervo.

La elección divina, de las enseñanzas de sidi Ali al-Yamal

p. 310-1

Debes saber que nuestra vía es la de la realeza. Un rey lo primero que necesita es el aislamiento (‘uzla) de la gente, tanto física como intelectualmente hablando. El rey sólo puede estar en compañía de quienes son adecuados para estar en su presencia y están bajo su mando, tanto para lo que ordene como lo que prohíba.

Si se mezcla con la plebe acaba haciendo lo que hacen ellos. Y si comparte con ellos sus estados, sus palabras y sus actos, no es más que uno más del común, sin que quede nada de la lección divina (jususiya). La elección divina solo llega a través de separarse de ellos en palabras, actos y estados, y así es como alcanzan el honor y la superioridad, y como se elevan de grado en grado por encima del resto de personas.

El rapto y la búsqueda, de las enseñanzas de sidi Ali al-Yamal

p. 310

Debes saber que el rapto (ÿadhba) es realmente la pasión (‘ishq) y el amor (mahabba), la verdadera búsqueda (suluk) es en realidad el miedo (jawf) y la reverencia (hayba). Porque el alma no puede escapar de ella misma más que a través de un deseo perturbador o de un miedo inquietante. Para escapar de ella debes ocuparte de lo que es en realidad. Si la extingues por medio de estas realidades, queda a merced de tales realidades, y en ese mismo momento será ella la que te obedezca. Y en ese momento, aunque sus atributos sean los atributos del alma, sus actos serán los actos del Verdadero. En ese momento será tuya y tú suya. Pero a causa de su entrega a Dios, Él la recubre con la túnica divina, y en ese momento la manejas por medio de Dios. Cuando la haces desaparecer en la contemplación de Dios, extingues sus actos, y no queda sino el Verdadero por medio del Verdadero.

Por eso lo que te aconsejamos es que, si se te presenta un estado de codicia (tama’) es que seas más exigente que ellos (lit. más grande), y si es un estado de munificiencia, que seas más exigente que ellos, y que tu mano siempre esté por encima, tanto con los más importantes como los insignificantes, aunque sea de broma.

 

 

Sobre la prosternación, de las enseñanzas de sidi Ali al-Yamal

p. 359-360

Debes saber que sólo se consigue los frutos de la fe quien se ha prosternado dos veces: la prosternación legal (o física) ante la distinción, y la prosternación espiritual ante la unión.

Por eso han dicho: «Quien sigue la ley y no el espíritu, ha transgredido. Quien sigue el espíritu y no la ley, ha caído en la impiedad. Quien junta los dos, ha llegado a la realización. «Quien obedece al Profeta ha obedecido a Dios» (5:80).

Dijo uno de ellos: «No es de los nuestro quien no ha nacido dos veces», es decir, el nacimiento material y el nacimiento espiritual, o el nacimiento legal y el nacimiento a la realidad de la ley, o el nacimiento terrenal y el nacimiento celestial; o el caimiento en el ámbito de las criaturas y en la presencia divina; o en nacimiento en la majestad y el nacmiento en la plenitud; o el nacimiento en el barro y el nacimiento en la certeza; o el cacimiento en el mundo corporeo y el nacimiento al mundo espiritual; o el nacimiento individual y el nacimiento en los atributos.

La humildad como nombre divino, de las enseñanzas de sidi Ali al-Yamal

p. 306

Debes saber que el nombre más inmenso de Dios ha hecho que esté, bendito y exaltado sea, en la humildad (dhull). Quien pide a través de este nombre se le da, y quien llama por él recibe respuesta. cuando te humillas ante tu Señor o ante las criaturas si contemplas en ellas a tu Señor, en ti mismo o en tus congéneres, te responde inmediatamente. Por eso ha dicho: «Invoca a tu Señor con humildad y en secreto. Ciertamente tu Señor no ama a los transgresores» (7:55) y «¿Quién responde al necesitado cuando pide, hace desaparecer los pesares y os ha hecho representantes en la Tierra? ¿Acaso hay otro dios que Dios? Pocos son los que reflexionan» (27:62).

Ha unido la respuesta a la necesidad (idtirar), porque con la necesidad viene la humildad, y con la humildad la grandeza (‘izza), porque cuando te diriges a tu Señor con humildad te inunda de grandeza, y cuando te diriges a él con altivez, te sumerge en el rebajamiento. En cuanto te diriges con humildad a tu Señor por cualquier cosa, Dios la soluciona inmediatamente. De igual forma, si te diriges a las criaturas de Dios con humildad, y contemplas en ellas a tu Señor, Dios satisface tu necesidad que has puesto en ellos de inmediato, sin dificultad, ni esfuerzo ni condición. Y todo porque al dirigirte a ellas a través de esto es dirigirte a Él a través de ellas, ocultándolas a través de él, extinguiendo los efectos por el que los crea.

Dijo Ibn Ata Allah: «Es imposible es que Le contemples al mismo que contemplas cualquier otra cosa» y «si realizas cuales son tu atributos, te apoyará a través de Sus atributos».

El alimento interior, de las enseñanzas de sidi Ali al-Yamal

Si se te provee con el sustento de la luz, se te mostrarán los aspectos interiores ocultos (bawâtin al-magabiât) del aspecto espiritual de lo más elevado y lo más bajo (malakût al-uluwi wa-l-sufli), y brillarán para ti los solos de las realidades espirituales en todas las presencias. Tendrás la intimidad con el Amado en el jardín de la plenitud, y beberás del vino de la presencia de la gente de la perfección. Y dirás con la lengua del estado: «Alabado sea Dios, quien nos ha librado de todo pesar. Ciertamente nuestro Señor es quien acepta el perdón y el agradecimiento» (35:34)

وَقَالُوا الْحَمْدُ لِلَّـهِ الَّذِي أَذْهَبَ عَنَّا الْحَزَنَ ۖ إِنَّ رَبَّنَا لَغَفُورٌ شَكُورٌ