Sobre la sama, de la Risala de al-Qushayri

En una famosa historia de Abu Muhammad al-Yurayri – que Dios esté complacido con él- cuenta que estaba en casa de al-Yunayd con un grupo de sufíes, entre los que se encontraba Ibn Masruq. Había un cantante e Ibn Masruq se levantó a danzar y otros le siguieron. Solo al-Yunayd se quedó en su sitio. Le pregunté: ¿Qué piensas sobre las audiciones sufíes? Me contestó: «Observa las montañas, qué crees fijas, pero que se mueven como las nubes» (27: 90), tras lo cual añadió: ¿Y tú, Abu Muhammad, qué piensas acerca de las audiciones? Le contesté: Cuando llego a un lugar donde hay una audición, si veo a alguien a quien tengo en consideración, me abstengo. Pero cuando estoy solo doy rienda suelta al éxtasis y me dejó llevar por él.

De esta hitoria se deduce que al-Yunayd no consideraba la audición ilícita.